Con este nombre tan peculiar y llamativo, la boca de dragón es una de esas plantas pensadas especialmente para alegrar nuestro jardín y nuestro hogar en los meses de primavera y verano. Sin embargo, también tiene más utilidades si atendemos a la sabiduría popular…
El nombre completo de esta planta, que posee un color morado muy vistoso, es Antirrhinum majus. Puede llegar a medir hasta un metro y medio, una altura nada desdeñable, y no es difícil distinguirla si somos aficionados al senderismo o al deporte de montaña, emergiendo entre las grandes rocas. Podemos localizar estas plantas a lo largo del Mediterráneo suroriental.
En otros lugares también se le conoce con el llamativo nombre de “hocico de ternera”. Es una planta con una historia muy curiosa a sus espaldas, que data de la época medieval. Se decía entonces que llevar tallos de boca de dragón en el bolsillo ayudaba a proteger contra el engaño, algo que sin duda venía muy bien a quienes se ganaban la vida comerciando por los caminos. Incluso se iba más allá: en caso de que estuviéramos carentes de suerte, una buena solución para remediarlo consistía en buscar alguna de estas plantas en el bosque y pisarla sin piedad. Nadie sabe por qué, pero el caso es que existía el convencimiento de que tan cruel acción ayudaría a ahuyentar la mala fortuna…
¿Cómo podemos cuidar a nuestras bocas de dragón?
Si nos ha gustado la historia, podemos tratar de cultivar algo de esa buena suerte en nuestro jardín. Una de las recomendaciones es que las bocas de dragón se encuentren siempre recibiendo un sol abundante; se trata de plantas que no se desarrollan bien en ambientes demasiado sombríos (y es por ello que no es indicada para los meses en los que nos encontramos). Además, es importante que reciban aire constantemente, por lo que tendremos que asegurarnos de que no las plantamos en un lugar en el que haya parapetos u obstáculos que impidan las corrientes.