
A todos nos gusta tener plantas en casa que se salgan de lo habitual, con formas atrevidas y caprichosas, en las que la mirada se pose de inmediato. ¿Qué os parecería una en forma de corazón?
Sí, tal como leéis. O al menos con la forma que tiene el corazón habitualmente en nuestra representación popular, como símbolo de afecto (ya sabemos que el órgano que nos palpita dentro del pecho tiene un aspecto bastante diferente…). La hoya kerrii, una planta procedente de Asia, es también llamada “el cactus del corazón”, o “lucky heart” en países anglosajones; y sí, tal como os imagináis supone uno de los regalos más comunes en el día de San Valentín. Aunque ya haya pasado, no está de más que conozcamos su existencia, por si queremos hacer un regalo en cualquier otro momento a un ser querido.
Curiosamente, la hoya kerrii es en realidad una planta trepadora, pero eso no significa que no podamos tenerla en una maceta, como decoración de interior o en nuestra mesa de oficina. De hecho, se considera una excelente opción para espacios cerrados, ya que crecerá mucho mejor en zonas de sombra o donde la luz le llegue de forma indirecta.
¿Cómo debemos cuidarla?
Si os han regalado una hoya kerrii y no sabéis bien qué hacer con ella, tranquilos. Es una planta de crecimiento lento, muy sosegada, y como tal no precisará de una dedicación fuera de lo normal; es perfecta para personas con poco tiempo. Necesita ser regada con frecuencia, pero con mucho cuidado para evitar encharcamientos. Una maceta y tierra que faciliten el drenaje serán indispensables. Por supuesto, si la tenemos en casa también podemos plantearnos el dejarla “a sus anchas” para que desarrolle como planta trepadora que es; en este caso, lo mejor será buscar un recipiente mayor y proporcionarle una superficie cercana (la pared de nuestra terraza, por ejemplo) para que pueda crecer.